METAMORFOSIS DE HOMBRE
A MUJER
CAPITULO 1
EL DESPERTAR
Desperté
aquella mañana en mi cama, casi al instante y entre somnoliento detecté ciertas
diferencias en mi anatomía corporal. Pero entre ese instante que ocurre entre
el sueño y el despertar,
agobiado por una mala noche de insomnio no logré identificar lo que en realidad
me sucedía. Mi habitación era la misma en que me había dormido la noche
anterior y la misma que utilizaba desde hacía 15 años cuando llegamos a vivir a
esta casa a mis 8 años de edad. Pero algo había cambiado en el lugar, el sitio
era similar, pero la decoración era muy distinta y en nada se asemejaba al
desordenado cuarto en el cual pernoctaba cada noche desde mi adolescencia y el
cual que compartía con mi hermano menor. Su cama al lado de la mía, estaba
vacía sin señales de haber sido usada durante la noche, me enderecé para ver con
más claridad y al fin poder definir lo que mis ojos de verdad me enseñaban.
Sentí que un poco de cabello largo se me venía a los ojos cubriéndolos y
desesperado los hice a un lado y murmuré asustado en mi interior “que mierda me
está pasando”. Me puse de pie y caminé, ya no tan somnoliento y mis ojos no
podían creer que lo que veían. Me había convertido en una mujer al menos eso
era lo que reflejaba el espejo del tocador adornado por un gran número de
enseres de maquillaje femenino colonias cremas y otras ambigüedades, me llevé
mis manos a mi pecho al sentir un suave peso en y pude comprobar que me habían
crecido unos redondos y firmes senos, esto me alarmó más aún y lleve mis manos
a mi sexo y descubrí con horror y miedo que mi pene y mis bolas habían desaparecido
dando su lugar a una casi rasurada vagina.
No,
nada de esto podía ser cierto. Me repetía, no aceptaba la situación como real.
Pero todo era sólido y tangible, algo había sucedido algún hechizo quizás algún
conjuro o algo cósmico no sé, pero el destino había hecho que esa noche me
hubiese transformado en una mujer.
Me estoy volviendo loco pensé; yo soy un hombre, es cierto que muchas veces deseé estar en lugar de una mujer para sentir la esencia de seducción que ellas emanan por la vida, despertando el deseo en nosotros los hombres. Es cierto que más de alguna vez me probé las ropas de mi hermana en forma de travesura y que al sentir esas finas prendas en mi piel hacían despertaban en mi un deseo extraño sensual y confuso. Ahora la situación que a veces anhelé se había dado pero tenía miedo, mucho miedo.
¿Qué ha ocurrido con mi cuerpo?- grité en mi
interior no quería desesperarme y que mis padres me oyeran; y ese era mi gran
temor, ¿Cuál sería la manera en que reaccionarían ellos ante la tamaña situación
que me embargaba en ese momento?
Me dirigí lentamente hacia la puerta de mi
habitación y le di una rápida mirada al entorno todo era de “mina” el color de
las paredes los afiches que allí habían en el cobertor de la cama algunos
peluches etc. Y mi pijama, si, también lo era un color rosa con flores
adornaban el pantaloncillo de satín que hacía juego con un coqueto top del
mismo color. Salí hacia el pasillo en dirección al baño, entre desesperadamente
ya que sentía temor de que alguien me viera pero al parecer no había nadie en
la casa.
Me mojé la cara en el lavamanos tratando de reaccionar con más claridad pero todo era en vano, esta parecía ser ahora mi nueva realidad Sentí ganas de orinar no lo había hecho en toda la noche y era normal que sucediese. Me bajé el pantaloncillo y me puse de pie en el inodoro, “que estúpido” pensé “si ahora soy una nenita y como tal debo hacerlo así” Me di vueltas para sentarme en el sanitario para comenzar la evacuación sin antes comprobar que mi trasero había crecido una enormidad en relación a la noche anterior, ya que, que casi me sobraban nalgas en el inodoro, al menos eso creí en ese momento de tantos cambios. Me pareció gracioso cuando me senté en el servicio higiénico para hacer pis, y sentí el líquido dorado y calientito salir de entre mis piernas provocándome un alivio en mi interior, cuantas veces había deseado cumplir esa fantasía y ahora que se me cumplía, no podía disfrutarla en su totalidad. Ya que aún los nervios de la situación me bloqueaban. Me puse de pie, y unas gotas de “pichí” chorearon por mis piernas. “Ufff” pensé “de veras que las mujeres se secan con papel sanitario”. Tomé un poco de papel enrollándolo en mi mano y me dediqué a secarme mi nuevo sexo, ¿Cómo era? Como todos los que había visto en las revistas pero sentirlo al tocarlo era una sensación distinta, me lo toqué pasé sus dedos por la rajita y sentí un leve placer como un cosquilleo similar a cuando apretaba mi pene, le tomé el olor y si olía a hembra o más bien dicho a mar. Creí que un buena aseo me hacía falta y me quité el pantaloncillo y luego la blusa. Por primera vez vi mi reflejo en el espejo completamente desnudo, este reflejaba, la silueta de una bella mujer y de agraciada anatomía a la que se le sumaba un bello y seductor rostro creo que en parte me parecía un poco a mi hermana, pero la naturaleza había sido más benevolente conmigo, si creo que hasta me gustaba esa persona que veía y que no podía creer que fuera yo. Aún tembloroso trataba de dilucidar si este era un sueño o una pesadilla. Antes hubiese sido un lindo sueño pero ahora no lo veía de ese modo.
METAMORFOSIS DE HOMBRE A MUJER
CAPITULO 2
CAPITULO 2
CONOCIENDOME
El
agua tibia corría por mi cuerpo en medio de la espuma del jabón intentaba
acercarme a esta nueva realidad de haber despertado en el cuerpo de una mujer.
Jaboné mis partes intimas y sentí un ardor entre las piernas y recordé que
alguna novia o amiga me decían que la vagina solo se lavaba con agua es más
solo en su parte externa, ya que,
el interior se lavaba sola. Me tiré un poco de agua abriendo mis piernas para
quitarme la espuma que seguramente era lo que me producía el ardor vaginal.
Sentí
una sensación excitante como un gustito que obviamente no había sentido nunca
al sentir el chorro de agua en de la ducha-teléfono en “mi chorrito”, la cual
me hizo lanzar sin querer un femenino gemido, y que de verdad la tomé como una
experiencia nueva y agradable, que sin duda me gustaría repetir en otra ocasión
en que la tensión en que estaba expuesto en ese momento fuese diferente.
Me toqué cada una de mis nuevas partes mientras me bañaba bajo el chorro de agua me pase mis manos suavemente por mi ano, y volvía a comprobar cómo me había crecido el trasero y mis senos, dándome la anatomía de una verdadera y apetecible mujer.
Al
salir de la ducha tome una de las tollas que habían allí y comencé a secar mi
nueva anatomía. Mi rostro era de una piel suave del tono un poco más claro al
que tenía, mis ojos claros no habían cambiado en nada, pero reflejaban ese
brillo de hembra lleno de misterio y sensualidad. Mis piernas estaban
perfectamente depiladas, (yo siempre fui bastante velludo), y tonificadas con
una mínima presencia de celulitis. Me sequé cuidadosamente mi coñito que tenía
una pequeña matita de vellos púbicos rebajados, se me antojó imaginar si hasta
esas alturas aun era virgen, pero con esa mercadería no dudaba en que debería
ser una mujer sumamente deseada. Y de seguro ya habría debutado en la vida.
Noté
que mi estatura se había reducido en unos 10 o 15 CMS. Y volví mirarme mi
abdomen antes de envolverme en la toalla, era firme y estrecho una cintura
envidiable que coronaba mis ahora anchas caderas.
Mi
pelo mojado, me lo envolví en otra toalla para secármelo me llegaba casi a la
mitad de la espalda, aunque era de un matiz más bien claro, se notaba el
retoque de algún salón de belleza.
Fue
entonces cuando alguien forzó la puerta.
“Está
ocupado” grité un poco nervioso. Y noté que mi voz no era la mía, sonaba como
la de una mujer.
-“Ale,
¿Estás ahí? Ya apúrate y sal luego, que quiero ocupar el baño yo ahora”.- Era
la voz de mi hermano menor.
En
ese momento sentí más temor ¿qué pasaría cuando él me viera así como una mujer?
Espera-
le dije - y me envolví en la toalla como toda una mujer, a la altura de mis
redondos pechos, cerré los ojos respiré armándome de valor y salí.
Mi
hermano abrió unos enormes ojos al verme salir del baño.
Oyeeee ¿Qué te pasa a ti?
-Me dijo:
En ese momento no supe que decir me quedé clavado mirándolo. Sin saber que decir. Pensé que se había sorprendido al verme así viendo a una desconocida saliendo del baño semidesnuda de la casa de sus padres y entró al baño y volviendo con una tolla rosada me dijo._ Esta es la tuya ¿Por qué usaste la mía? A bueno iré por otra limpia total tú lavas la ropa con mi mamá.
Ahora
entendía menos. Avance hacia el living y comedor, mientras mi hermano cerraba
por dentro la puerta del baño y fui contemplando las numerosas fotografías
familiares en las paredes en las cuales yo no figuraba para nada, y en aquellas
en las que yo recordaba haberme fotografiado con ellos aparecía mi nueva imagen
mi nuevo cuerpo, como si toda mi vida hubiese sido yo esta linda mujer en la
cual mi persona se podía movilizar de un lugar a otro.
En
la pared también estaba el título universitario de mi hermana me di
la vuelta par ver el sitio en la cual colgaba el mío. Para mi sorpresa no estaba, o tal vez si, solo que en vez de decir “Alejandro Albanez Borquez”; decía Alejandra Albanez Borquez, Ingeniera comercial Universidad de La Serena año 2012.
la vuelta par ver el sitio en la cual colgaba el mío. Para mi sorpresa no estaba, o tal vez si, solo que en vez de decir “Alejandro Albanez Borquez”; decía Alejandra Albanez Borquez, Ingeniera comercial Universidad de La Serena año 2012.
Que
pasó anoche que pasó que hizo que me sucediera esto, me repetía una y otra vez
mientras me desplomaba en el sillón principal del living. Me agarraba mis tetas
sin poder creer lo que me estaba pasando. Abrí mis piernas y volví a mirar por
debajo de la toalla, para desengañarme de los hechos que me estaban acaeciendo.
Pero sí, todo esa pesadilla parecía ser real y ahí se veía ese triangulito de
vellos púbicos cubriendo el tajito de mi nuevo aparato sexual. Me puse de pie y
corrí a mi habitación Algo se me vino a la mente y corrí a ver mi facebook.
Entre desesperación y todo prendí mi notebook que si era el mismo que siempre
utilizaba. Mientras se encendía la configuración abrí el cajón de la mesita de
noche y estaba una billetera femenina la abrí y busque la documentación en su interior,
esa billetera era mía o sea de la mujer que era yo ahora al menos ese rostro
figuraba en la cedula de identidad, licencia de conducir y una credencial de mi
trabajo, que a propósito era el mismo en el cual yo trabajaba desde hacía unos
cuantos meses luego de mi practica y titularme en la universidad.
Abrí
mi facebook con mi dirección y clave todo fue normal, solo que en vez de mi
fotografía y mi nombre masculino aparecía mi nuevo rostro e identidad Lo
inspeccioné rápidamente vi fotos de algunos conocidos, y a la gran mayoría por
no decir a todos, los conocía; compañeros del colegio, de la universidad, de
trabajo, familiares, todo era normal. Hasta que vi “situación sentimental..
tiene una relación con Jaime Villar”.
“Crestas”,
pensé, y abrí su perfil a Jaime lo conocía bastante bien habíamos sido
compañeros de colegio iba 2 cursos más adelantado de mí, el había estudiado
ingeniería en minas y de hecho en mi misma universidad y en la actualidad
trabaja en faenas mineras en el norte del país. Todo era semejante a mi
anterior vida, a excepción de mí.
Abrí
la sección de mensajes en que me dedicaba palabras de amor leía algunas
conversaciones mutuas un pocas subidas de tono, sin duda yo no era virgen y de
seguro que con Jaime habíamos hecho el amor en varias ocasiones. El tema me
excito de sólo imaginármelo sentí un cosquilleo entre mis piernas que me hizo
apretar mis músculos vaginales provocándome una rica sensación de bienestar; pero
porque me ocurre esto pensé. Yo no puedo
reaccionar de esta forma. Pero así era y no podía evitarlo.