jueves, 15 de marzo de 2018

METAMORFOSIS DE HOMBRE A MUJER CAPITULOS 25 Y 26


Por si olvidaste como va la historia
Capitulos 22 y 23 (11-01-2015)

  
METAMORFOSIS  DE  HOMBRE  A  MUJER
CAPITULO 24
FRANCO  REGRESA.

 Habían  pasado  casi una  semana  del triste  episodio  de mi  cuasi violación  por parte  de  ese  odioso  ejecutivo portugués.  Era día viernes  cuando llegué  a  las  oficinas  del  banco  y  me  informaban  que Franco  me  esperaba  en  su despacho. Había  regresado  de  su inesperado  viaje.

-Alejandra  que  bueno  verte. ¿Cómo estás?


Franco  me  abrazó  en forma  efusiva  mientras  me  daba  un  suave beso  en la mejilla.

- Si, yo estoy  bien. ¿Cómo  estuvo tu  viaje? 

- Si  bien. Como te dije las veces  que  te  llamé  por teléfono,  era importante  mi viaje  y por eso quería  que  conversáramos . No te  dije  nada  por  celular  porque  quería  hacerlo personalmente. Pero de ese  tema    hablaremos  después. Toma  asiento.


Sentí  una  alegría que no  podía  describir ciertamente  al verlo allí  en  su puesto de trabajo con esa facha segura  e imponente  con ese semblante que poseía y que  ahora  como la mujer  que  yo era,  entendía  lo  que  ese  hombre  significaba  para  los  gustos  de  las  personas  del sexo femenino, como yo   ahora.  El era  un  tipo  guapo,  caballero,  millonario exitoso  y  para  mi  suerte, como  decía  mi  secretaria, “yo le  interesaba  más  que por mis  capacidades  profesionales, si no más aun,  como mujer” Esta mujer bellísima en que ahora  misteriosamente me  había convertido  y que  no me  cansaba  de  mirarme  en  los  espejos como si aún  dudara que  esta  metamorfosis  de  hombre a  mujer fuera  verdad.  No podía  decir  que  yo  era  una  víctima  de  estos  sucesos, porque  estos  cambios  habían  sido  demasiado  benevolentes  conmigo. Era como  si  hubiese  sido  privilegiado  con  este  misterioso cambio de  sexo que  me  había  afectado, dando un  vuelco tan  positivo y  beneficioso para  mí.
 

Franco  se  sentó   sobre  la mesa de su  escritorio  mientras  yo lo  hacía  en el  sillón  de  visitas  frente  a  él.  Crucé  mis  piernas  como  toda  una  señorita esa  misma  en  la que  ahora  me  había  convertido y  en  la  que  ya  me  había acostumbrado  a  asumir.

-Quiero hablar sobre el incidente con  el  ejecutivo portugués.

-Ya  te  lo expliqué  por teléfono. No le  demos  más  vueltas a  ese  desagradable  asunto.


-Pero  Alejandra Es algo que no podemos  dejarlo pasar  por  alto en la empresa, puesto que somos una institución seria. 

-Yo  quiero olvidarlo.  De  verdad  Franco. El tipo  ya  me  pidió disculpas.

-¿Porque  aceptaste  la  invitación de alguien que  apenas  conocías?

Franco  tenía  razón.  No supe  decirle  que  no  al  empresario  ese ¿Pero  cómo podría explicarle  que  a menudo cometía  errores  en  mi comportamiento desde que  había amanecido  hacía  unos  meses  convertido  en  mujer?

-Me  equivoqué  Franco lo  siento.  ¿Tú  has  hecho cosas  de  las  cuales  te  has  arrepentido?

-Alejandra,  corriste  peligro.  Y yo me preocupo por ti. Me  siento responsable  por  lo  que te  suceda.  Yo  te  traje  aquí  a  la  capital.

-Disculpa, tendré  más  cuidado  la próxima  vez.

-Te  prohíbo  que salgas  con nadie. ¿Me  entiendes?-

Dijo esto último  acercándose  y tomándome  ambas  mejillas  con sus  aunque delicadas,  firmes  y grandes  manos; más  enormes  que  las  que  yo poseía  cuando  era  hombre.

--¿Me  harás  caso  Alejandra?

-si  lo  haré.- 

Me  agradaba  la  forma  de  protección  que  me  brindaba  con  un cierto  grado  de autoritarismo que  en  mi cuerpo de  mujer me producía  una  sensación de  sumisión  que  misteriosamente no me  incomodaba  si no muy  por  el contario  se  transformaba  en  una  adaptación  inexplicable.  Nos  complementábamos misteriosamente  el uno con  el  otro de  una manera  casi perfecta.

Creí que  me  iba   a  besar  es  más  creo  que  anhelaba  que  lo hiciera  deseaba  sentir su  boca  en  la  mía. Cuando el sonido  del  teléfono  fijo  de  la  oficina  nos interrumpió.

-Aló .si  buenos días…si va  enseguida hágalo  pasar a  la  oficina  de la  señorita   
Alejandra.-

Me  miró  a  la  vez  que  colgaba  y me  dijo- A la  noche  platicaremos. Te  esperan  en  tu  despacho.

Al salir de  la oficina  de  Franco creí sentir su mirada a  mis espaldas  de la misma  forma  que  yo  lo  hacía con las  mujeres que  me  llamaban  la atención cuando era  un hombre.

Involuntariamente balanceé mis caderas al caminar casi provocativamente. Ahora me  percataba  de  aquello. Era algo que había aprendido  hacer, casi  sin  querer  y  me  deleitaba el saber hacerlo.

El día  transcurrió  de  prisa como era  costumbre desde que me desempañaba  en mi nuevo  cargo  como siempre agobiado por los diferentes y delicados  asuntos  que  debía  resolver  como gerente de negocios  en dicho  banco.
Al llegar  al departamento bajaba  al  gimnasio  y hacía  una  leve  rutina  de ejercicios de no  más de  una  hora.  Estaba  en ello cuando sentí nuevamente  la  voz  de  Franco que llamaba.

-Supuse que  estarías  aquí.

-Siempre  quise vivir en  un  edificio con gimnasio  propio. Y cumplí ese sueño-  decía esto  mientras  no  dejaba  de  pedalear  en  la  bicicleta  estática. Dejé de hacerlo cuando él se  acercó  para besarme  la  mejilla.

-Estoy toda sudada- Dije  mientras  me  secaba  el cuello  con  la  toalla.

-Bueno si quieres sube  a  cambiarte  para  que salgamos.

-¿A dónde  quieres ir?

-Dije que  necesitaba  hablar  contigo. Por eso  quiero que  salgamos. Recuerda  que  te  lo  mencioné  hoy  en  la  mañana. Es  necesario que  conversemos.

Subí de  prisa el me  acompañó al departamento se dedicó  a ver televisión mientras yo  me  duchaba. Mientras  el agua  tibia  recorría  mi  cuerpo quise imaginar  que  Franco entraba  al  cuarto de  baño  a contemplar  mi  exquisita  desnudes a probar de mis  labios de mi cuerpo que bien sabía yo que  comenzaba  a  gritos  el  desear también el  beber   de  su virilidad  de  una  forma inentendible  como un fuego  abrazador  en  el  que  de ninguna manera yo temía  el  correr el  riesgo  de  quemarme.  Pero en todo momento  se portó  caballerosamente y  esbozo una  sonrisa al verme salir vestida jovialmente de mi recamara.

-¿está bien  así?

-si estás  bien siempre  estás  bien.

-Me  vestí más  juvenil  y  sencilla  al  verte a  ti de  jeans  y  camisa.

Decidí ponerme  una  minifalda de  mezclilla  y una  blusa blanca casi transparente con la  cual se notaba por  debajo  mi  brasier  del  mismo  color  toda esta  tenida que lucía  aquella  tarde de  verano  la  acompañaba con  unas  sencillas   aunque  costosas  sandalias café claras. Todo ese combinación  de  vestuario  lo había copiado  de  una  revista  de una  prestigiosa  marca femenina. 

Al salir del edificio, sentí  la  frescura  del  atardecer  recorrer  mis  muslos  subiendo envolvente por mis  piernas rumbo hacia mi nuevo sexo cubierto por aquella  coqueta  prenda  íntima  que  había  elegido para  la  ocasión. Me sentía feliz  en  este  cuerpo maravilloso  de  mujer.
 

 


 METAMORFOSIS  DE  HOMBRE  A  MUJER
CAPITULO 25
Somos iguales.

Franco  descendió  del automóvil, cuando  llegamos a  aquel  maravilloso mirador del  cerro  San Cristóbal; cuya vista  privilegiada  permitía  contemplar como aquel atardecer del verano  capitalino, moría para dejar  paso al  anochecer con  un tinte  romántico.  El,   caballeroso como  siempre, me  abrió  la  puerta para que  bajara; sentí nuevamente  la  briza fresca  entre  mis  piernas mientras  me  tomaba  de  la mano  para  ayudarme.  Sentía  que  el clima y la  escenografía  se  habían  confabulado muy ad-hoc para  la ocasión.

Franco  se  notaba  nervioso  desde  que  había regresado de  su inesperado  viaje.  Había  notado en  él, un  cambio en  su manera de  comportarse. Presentía que algo  me  ocultaba  y  que  si  antes  lo  había  disimulado para conmigo, era  obvio que quería  desahogarse y  decirme  algo que  de  apoco me había estado insinuando desde los últimos días.

Mientras  caminaba  hacia  uno  de  los  catalejos  del lugar que permitía tecnológicamente  una  visión  más espectacular del  paisaje urbano. Sentía una  femineidad  que  me envolvía quizás por mi ropa que  tanto me encantaba usar ahora que soy hembra, quizás por  mi perfume que en mi suave  piel  se  compaginaba en un aroma  que se mezclaba a la  perfección con  mi  propio olor  a  mujer.

Franco  me  miró  y  creí sentir su voz  casi  temblar.

-       Alejandra,  quiero  que sepas  que todo  lo  que he  hecho  ha  sido  sin  mala  intención. 

-       ¿De qué se trata? ¿Qué es  lo  que  quieres decirme?

Franco  tomó  aire  y miro  hacia  el  horizonte.

-             Supongo que estas  satisfecha  de  lo que  has  conseguido hasta  ahora has  demostrado ser una  muy  buen  profesional. Aprovechaste  la  oportunidad que se  te  brindo de  la mejor  manera.  Supongo  que  muchos  profesionales  como  tu  ambicionan  tener  esta ocasión  que a ti  se  te  dio.

Franco  tenía razón cuando  era un  hombre  antes  de  mi extraña  Metamorfosis  de hombre  a  Mujer” Nada  en la  vida se me había  dado satisfactoriamente. No tenía  novia.  En el  trabajo  pasaba  desapercibidamente como un  captador  de  créditos financieros  sin un  contrato  definitivo  en  aquel  banco. Casi  no  tenía  amigos  mi  apariencia  física  no era  precisamente la  de  un  galán  que pudiera  llegar  fácilmente  a  la  conquista  de  mujeres.  Definitivamente  mi vida  no  era  de  lo más exitosa ni entretenida, a pesar de  haber conseguido  duramente  y  con  mucho sacrificio el anhelado título universitario de ingeniero comercial. Las oportunidades para crecer profesionalmente en ese  lugar eran prácticamente nulas. Pero todo  aquello  había  cambiado  desde aquella  mañana  en que me había  despertado  convertido en  esta  hermosa  mujer que envolvía  mi  ser  y en  cuya  envoltura  carnal  ahora deambulaba por la vida y que en el poco pasar  de  los  días me  había  acostumbrado  de  tal forma  que  me  comportaba  y  actuaba  como si  toda  la  vida  hubiese sido ella.  Lo único que no se  había  borrado de    vida como hombre eran  los  recuerdos  de  esa etapa. Mudo  testigo  de  quien era  yo  en  verdad o quizás  debería  decir  de  quien  había  sido.

-Franco ¿Qué  me  quieres  decir?

 -Quizás me  llegues  a  odiar.  Pero confío  en ti. Creo que  tus ambiciones  son  solo profesionales  eso lo  sé. De ti  se  más de lo  que tú crees y  quizás  más  de  lo que    sabes  de  ti.

- Habla  claro  por  favor.

Franco se arrimó  a  la  baranda  de seguridad  del lugar y volvió  a  contemplar  el horizonte.

-       Te  elegí a ti  y  creo  haberte  dado  las  llaves  de  éxito.  Para conseguir  todo lo  que una  persona  de  tu  clase  social hubiese  deseado en  lo laboral  y  económico.

-       Si  lo sé – le  dije – es  una  oportunidad  única  y  creo haberlo hecho  bien.

-   ¿Tu  trabajo?  Si  claro que  lo  has  hecho bien  has demostrado  ser muy  capaz profesionalmente. Pero  esto viene  de  más  atrás  y tú  lo  sabes Alejandra

-       ¿Qué  más  sabes  de  mí?
-       Se  lo que  nadie  sabe  de ti  Alejandra  lo que  nadie  más  sabe  de  ti. 

-       Franco…yo.

-       Tranquila tu eres ahora  una  mujer eres  biológicamente  una  mujer  y    que  te  sientes  tal  a pesar de  que tus recuerdo  no  se  borrarán nunca de  tu  mente.  Eso  yo  también  lo sé.

No sabía que decir. No sabía  si  correr  si  huir de  allí si  volver a mi ciudad  natal  si abandonar  todo lo que  había  logrado. Mil  cosas se  pasaron  de viaje  por mi mente desde aquella  mañana  del  cambio como un resumen de una  película sobre toda  mi  vida.

-     ¿Sabes  quién  soy? ¿Pero cómo? ¿Por qué?-  Le dije  tratando que se  volteara  y me  mirara  a  los  ojos.

-     Porque yo soy como tú  Alejandra, pero  con  la  metamorfosis al revés

Sentí  como un escalofrío recorrer  mi bella  humanidad  femenina. Había  llegado el  momento  de  dilucidar todos  los  extraños  hechos  que    habían sucedido y  que habían  cambiado mi  vida  conduciéndola por esta  nueva  senda  exitosa.
-Franco que me  quieres  decir.

-Que  yo  fui  una  mujer  al  igual que    fuiste  un  hombre.

Las  piernas  me  temblaban  creí transpirar  helado no sabía  bien si  por la  brisa  fresca  de  atardecer  o  por  los  nervios  que  me  trituraban  hasta  el  alma.

-       No tenemos  forma  de probarlo Alejandra. Si se lo decimos  a  alguien  dirán que estamos  locos. Nadie  lo sabe solo tú y  yo.
­

- Pero tu  eres un hombre  no hay  nada  que te  delate o que insinúe lo contrario  tus comportamientos son exageradamente masculinos.

- También los  tuyos  Alejandra,  Nadie  podría  sospechar  que  fuiste un  hombre  hasta hace  solo unos  tres  meses. Mira  en lo que  te  has  convertido en una  mujer bella  y deliciosamente deseada. Y te  lo digo yo, como el hombre que  soy  ahora y en el cual  me  convertí.

Creo  que  todo  lo que  ambos  hablábamos era  verdad. Nos comportábamos  derechamente  en  lo que  nos  habíamos  convertido. El cómo un hombre, yo  como una  mujer.

En todo este  tiempo  que  lo  había  conocido  jamás  demostró un comportamiento afeminado que  lo hubiese delatado. Las mujeres  de  la  oficina  hablaban de  él  como  si toda  la  vida  hubiese  existido  como  tal. Al  igual  que su familia. Bueno y  era  lógico que  así fuese  en  mi  caso  también  había  sucedido  en forma  semejante  para todo el  mundo  era  como si yo  toda  la  vida  hubiese sido la  mujer  que soy ahora.

-¿Pero por qué  nos sucedió esto?

-Es  lo que  debo  explicarte.

-Pero dímelo ya.

- Es  lo más difícil  de todo esto- El tener que explicártelo.

Las luces  de  la  ciudad  se habían  encendido y el  escalofrío de  las  enigmáticas  confesiones iluminaban tenuemente los  secretos  mutuos  que  ahora  desaparecían.

-Franco, todo lo que  haya que  decir es  mejor hacerlo de  una  vez.

-Seré  sincero contigo.

-Eso es  lo que  te  pido por  favor.

-Yo pedí este  cambio  Alejandra.  Mi metamorfosis  fue  por  voluntad propia.

-Pero el  mío no  Franco ¿Sabías  eso?

- Si  lo sé. Tu cambio fue  por  mi  culpa.  Yo te elegí para  que  ambos  sufriéramos  esta  metamorfosis. Porque  tenía que ser así.

-No entiendo que  tengo que  ver  con esto.



Si es primera vez que entras al blog y no conoces ningun detalle de esta historia, te cuento, la escribio un tal Javy Xavy en facebook, me gusto, le corregi sus problemas de redaccion y faltas de ortagrafia, le cree una portada iconica a la historia y comence a compartirla.


Te comparto los primeros 2 capitulos  (29-10-2013).
 http://opinionesdelcambiodecuerpo.blogspot.com/2013/10/metamorfosis-de-hombre-mujercapitulos-1.html


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