Opiniones del Cambio de cuerpo
martes, 28 de agosto de 2018
Revolucion del Cambio de cuerpo. Nuevo Blog
Hola amigos, se que hace mucho deje de publicar como lo hacia antes, esto debido a que mis responsabilidades, academicas, laborales, familiares y amorosas me alcanzaron. Sin embargo, no le pierdo la vista de vez en cuando a la tematica de mi fantasia de la adolecencia el intercambio de cuerpos. Y hace unos dias encontre un nuevo blog (para mi) el cual tiene una diversidad de peliculas con la tematica de cambio de cuerpo. Les comparto el link. Saludos pricifans.
Espero que lo disfruten, y no dejen de seguir mi pagina de F B, de vez en cuando publico en ella
miércoles, 20 de junio de 2018
METAMORFOSIS DE HOMBRE A MUJER CAPITULOS 27 Y 28
CAPITULOS ANTERIORES.
SI ERES NUEVO PUEDES LEER EL INICIO DE ESTA HISTORIA AQUI
METAMORFOSIS DE
HOMBRE A
MUJER
CAPITULO 27
Confesión de Franco
Me encontraba en el cerro San Cristóbal con
Franco, ahí me confeso que el al igual que yo había tenido una metamorfosis de
mujer a hombre, me dijo que su cambio fue por voluntad propia y me dijo también
que por su culpa me paso a mí la transformación que yo tuve.
Le cuestione sobre que tenía que ver yo con
su cambio y Franco tomándome de
los hombros me respondió:
-Tu participación en toda
esta aventura de metamorfosis era
necesaria para que se cumpliesen mis
deseos y te use a ti para
conseguirlo.
El viento del ocaso de
aquella tarde veraniega agitaba
mi minifalda vaquera haciendo que más de alguien
que transitaba por esos lugares
observara mi anatomía, quizás rogando que el viento jugueteara con mi vestimenta
provocara haciendo que enseñe más de
la cuenta. Pero en ese
momento no me
importaba que eso ocurriera. La
confesión de Franco, era
lo más importante
de todo y quería llegar
a comprender de una vez
porque me había sucedido todo aquello.
-Franco tú
estás loco. ¿Cómo te atreves a
jugar así de esa manera
con la vida de
las personas? ¿Acaso no tienes
sentimientos? Mi voz comenzaba
a sonar débil y
quebrantada. Creo que en mi cuerpo de hombre lo
hubiese golpeado lo hubiese
insultado. Pero así como
era yo ahora
me comportaba como una mujer débil
y sumisa.
- Alejandra ya te
lo dije, perdóname. No quise dañarte.
Mírate en lo que te
has convertido. Ahora eres
una persona que no
pasa desapercibida por
la vida.
-Si lo sé, pero para que
todo eso ocurriese, me
convertí en mujer.
-Pero en una
mujer bella e inteligente, exitosa y maravillosa admirada
por todos, más aun deseada
por los hombres.
-Si me
imagino. Casi fui violada. Y todo por
tu culpa. Por haberme
convertido en lo que ahora soy.
-Perdóname, desde que esto
te sucedió a ti, lo
único que he querido es ayudarte
para compensarte por haberte dañado.
- ¿Piensas que con el
dinero lo solucionas todo?
Típico de la
clase abc1 chilena, creen que
con su imperio comercial pueden
hacer y
deshacer con las
personas humildes de
su país. Nos utilizan
creyendo que con el dinero lo
solucionan todo. Eres un ser despreciable Franco Polic.
Dicho esto me di
la vuelta y
comencé a correr
cerro abajo mis ojos
llorosos casi me
impedían ver por donde avanzaba
por aquellas escalera que se
me hacían interminables. A lo
lejos creía escuchar
la voz firme
y varonil de
Franco que me pedía
que me detuviese. Pero estaba
decidido a huir
de allí.
Definitivamente había
descubierto algo de aquel enigma
de mi metamorfosis
de hombre a
mujer. Aunque sentía que
debía haber esperado
que Franco me
explicara más de todo esto pero la rabia y la frustración
de haber sido utilizado hizo que
huyera de allí.
Cuando tomé
el taxi y le pedí al chofer de este
que me llevara
al departamento al verme sollozar
me pregunto si me
había sucedido algo malo.
-
No se preocupe solo lléveme
donde le dije.
-
Pero está segura. ¿Alguien la intentó
violar? dígame ¿Quiere que
la lleve a la policía?
Después de
lo que me había
confesado Franco. Lo que me
había hecho era tan
terrible como un ultraje pero
este no era
tema para la
policía ni para nadie.
Si confesaba lo que me
había sucedido dirían que estaba “loca”. Me encerrarían en un manicomio. No
había absolutamente nada en el
mundo que pudiera
corroborar mi verdad.
Para todo el mundo
Franco y yo
toda la vida
habíamos sido lo que éramos
el un hombre
y yo una mujer.
Me bajé
del taxi rápidamente, sentía
vergüenza de que alguien me
viera llorar y
disimuladamente traté de pasar
desapercibido en la entrada del
edificio y salude
a medias al conserje. Seguramente no se preocupó de
ver mi rostro acongojado, sino en
mirarme las piernas
al pasar rápidamente
hacia el ascensor.
Al llegar
a mi cuarto me
lancé a mi
cama a llorar. No sé qué me
dolía más si el
hecho de saber
que mi Metamorfosis de hombre
a mujer alguien me la había provocado de forma intencional
o simplemente porque Franco me
había defraudado al ser
precisamente él quien me condujo a este
cambio en mi vida.
Claro, porque franco era
según mi percepción, quien más me protegía en esta nueva
vida como mujer y
si no confiaba
en él, entonces estaba
solo en esta extraña dimensión.
Miré hacia el espejo de mi recamara
y podía ver lo hermosa que ahora
yo era. La minifalda vaquera que
llevaba puesta poco o nada impedía a que se
viera mi ropa íntima y podía comprobar
que Franco tenía razón
simplemente me había
convertido en una
mujer deliciosa y sensual. Pensé
que si yo sentía un sentimiento especial por Franco
¿Acaso él podía llegar a sentir
lo mismo por mí?
Sentí el timbre de
la puerta luego
unos golpes en ella.
-Alejandra. Ábreme la puerta
por favor tenemos que hablar.
Me dirigí hacia la puerta
y apoyando mi cabeza en ella le contesté.
-
No quiero hablar contigo
déjame en paz.
-
Por favor. No
me has dejado
que te explique todo. Déjame contarte
de mí. Que me
llevó hacer esto y
el porque te elegí a ti.
Sí, era el momento
de que la verdad saliera
a la luz y
motivado por la curiosidad de averiguar todo este
enigma abrí la
puerta.
Franco entró dirigiéndose directamente
al bar para prepararse un trago.
-¿Quieres uno?
-Si gracias creo que
lo necesitaré.
Una vez
que me llevó el trago me tomó
de la mano y me hizo sentar junto a
él.
El cambio de metamorfosis había sido casi
perfecto. El, era un hombre
insultantemente guapo. Cualquier mujer
quedaría enamoradísima de él y yo
en este cuerpo de
mujer no era la
excepción creo que verdaderamente
me sentía increíblemente atraída
a pesar
de que en mi mente
no se habían borrado los recuerdos
de quien yo
realmente era o
más bien había sido.
-Alejandra- Me dijo- Mientras tomaba
un sorbo dejando a la mitad
aquella copa de licor-
quiero contarte porque hice
todo esto.
-Está bien te
escucho.
-Yo era la
hija mayor de mi familia. Y
mi padre quería que yo no
me dedicara a
los negocios pues
es un tipo machista, por lo
tanto, toda la responsabilidad se
la delegó a mi hermano menor
quien por ser hombre debería llevar las
riendas de nuestro imperio comercial. Pero como ya has de
saber mi hermano es
un irresponsable y yo no podía
permitir que el destruyera
lo que mi abuelo y mi
padre con esfuerzo habían logrado. Tuve
un novio con el que me
casé era de buena
familia por lo menos de apellido ilustre.
Estábamos de luna
de miel en Brasil
cuando descubrí que quería asesinarme para heredar
mis bienes, todo parecería
un accidente. Estuvo a punto
de conseguirlo pero logré huir a tiempo.
Fue entonces
que por Internet localice en un artículo sobre rumores de un
hombre en Tanzania que era un experto en esto de los cambios de sexos a través de hechizos. Los testimonios que leí fueron tan
convincentes que decidí emprender un viaje en busca de este hombre para lograr
que este me convirtiera en hombre sin que nadie notara la diferencia. De esa manera
cambié el rumbo de
mi vida y logre
ser quien quería ser. Logre convertirme
en un hombre de verdad, y ahora al ser el hijo mayor de
mi familia manejaría los destinos
de las empresas de mi
padre. Como hombre me he
realizado como persona y me siento más feliz que en mi vida como mina.
Franco tenía razón
por que a mí me
sucedía lo mismo que a él. También
yo me
sentía realizado como mujer así como el
habiendo sido mujer se
sentía realizado como hombre.
-¿Y porque me
involucraste a mí?
-Una vez fui a
tu trabajo en La serena
y en un test psicológico
que le
hicimos a los empleados me di
cuenta que tú eras
la persona indicada.
-
¿indicada? ¿para qué?
-
Alejandra, mírame a los ojo, te
elegí a ti porque tú reunías lo que yo necesito para realizarme
como hombre.
-Pero yo no
soy una mujer de
verdad.
-Si lo
eres y
lo sabes así como yo también
soy un hombre de verdad ahora. Para todo el
mundo somos lo que somos.
Eres capaz de menstruar por lo tanto puedes ser madre si quisieras. No eres o no
somos como aquellos
que se cambian de
sexo con operaciones.
Nosotros somos realmente
lo que ahora somos.
-Pero tú
¿verdaderamente deseabas ser un hombre?
-Si Alejandra
viví frustrada en el amor como mujer
y como hombre todo a
sido distinto y
es lógico que a
ti te sucedió lo
mismo ¿o vas a negármelo?
Asentí
positivamente con la
cabeza Franco tenía razón me
sentía mucho mejor
como la mujer que era ahora
que como el hombre
que alguna vez fui.
No me había
dado cuenta que ambos
ya habíamos vaciado nuestras respectivas copas en
nuestros paladares.
Franco me sirvió
otra copa me la pasó y se
preparó otra para él.
Luego continuó
- Te vi una
vez cuando hacías tu práctica,
eras un tipo de buenos
sentimientos una persona honesta
y transparente. Y ahora como mujer lo sigues
siendo. Perdóname si te hice
daño con todo esto. Pero quise cumplir tu fantasía
eso me
lo dijiste la
noche del 23 de
diciembre ¿lo recuerdas?
-Tú eras la
persona con la que
chatee aquella noche antes
de la metamorfosis, a quien le confesé
que me gustaría ser una mujer y así sortear todos los traumas que había tenido en
mi vida.
- Le respondí al mismo tiempo que evocaba
lo sucedido aquella noche antes de
mi extraña metamorfosis.
-Si era yo. El hombre en Tanzania me dijo que
para poder lograr mi objetivo de convertirme en un macho sin que nadie se diera
cuenta, debía equilibrar el universo localizando a un hombre que desearía haber
nacido como una mina, le mostré nuestra conversación a ese hombre y con eso fue
suficiente para que el pudiera realizar su magia. Pero créeme que lo hice con
buenas intenciones quería ayudarte y a la vez beneficiarme a mi misma, de
ninguna manera seria capaz de arruinarle su vida a un hombre que no tenga deseos
de ser una mujer.
- ¿hay
una forma de revertir esto?.
-Tengo
entendido que no. Esto es como otra dimensión
en que para ambos es como si toda
la vida fuimos esto. Es decir, tu naciste mujer y yo
nací hombre con la única diferencia que no tenemos los recuerdos de que esto realmente fue así.
Ya me
sentía un poco más relajado no sabía
si por que Franco me había
aclarado perfectamente cualquier duda de mi nuevo estado o porque
el licor nos había calmado
a ambos.
Franco me
tomo la mano y me la
acarició.
-Perdóname.
Yo solo lo hice porque te elegí a ti. Porque
tú eres la mujer
adecuada.
Su rostro
estaba muy cerca del mío.
-¿Adecuada? ¿Para qué?
-Para ser mi
mujer ahora que yo soy el hombre que
siempre quise ser y de paso
me enamore del hombre que siempre quiso ser una mujer
de verdad, somos el uno
para el
otro.
Dicho
esto me
besó. Fue un beso suave limpio
lleno de amor. Al menos eso fue
lo que leí en sus
labios al posarse sobre los
míos en una armonía dulce
y perfecta.
-
METAMORFOSIS DE HOMBRE
A MUJER
CAPITULO 28
Y asi llegamos a este momento
Franco y yo nos estábamos
besando. Este no era el mismo
beso apresurado que nos dimos
hace unos días atrás,
ahora era totalmente
diferente. Nuestras leguas se
saludaban armoniosas en una
sinfonía cálida y ceremoniosa. Sentía en mi vientre un
mar de mariposas que
agitaban sus alas
expresando su alegría, en un
va y ven
de lenguas ansiosas de caricias
mutuas. Debía reconocer que era
el mejor
beso de toda mi vida y esto incluía también
a los que había dado y recibido cuando aún
habitaba el cuerpo del hombre que antes fui. Ahora
en este hermoso cuerpo de
mujer, las sensaciones que
sentía producto de la estimulación labial de otro hombre,
revolucionaba las hormonas
femeninas que en mi
habitaban de una forma
avasalladora e incontrolable.
Franco no me soltaba y
parecía no tener intenciones de detenerse disfrutaba tanto como yo
de aquel momento, más que lujurioso derramaba todo el
romanticismo existente entre un hombre y
una mujer que acaban de
descubrir lo mucho que
se amaban. El saber que él era
una mujer habitando el
cuerpo de un hombre y yo un hombre habitando el cuerpo de una mujer, provocaba un relajamiento especial en
ambos. El beso se facilitaba con una
soltura que poco a poco fue calentando aún más, el ambiente que allí en
aquel lugar comenzaba a desatarse.
Cuando al fin su boca se
separó de la mía. Me miró con
esos ojos intensos que
derramaban ese amor puro que imaginaba que toda
mujer sentía al ser
besada por ese príncipe
azul que se narraba en los
cuentos de hadas
y princesas. Franco sin duda parecía
amarme; eso lo decían sus pupilas que me
derretían con la
mirada encendida explotando de
deseos.
-
Vamos amor relájate. Acepta que este momento mágico puede perdurar por siempre. Puedo poner el mundo
a tus
pies. Pero más que eso pongo todo mi amor y respeto a tus pies.
Franco me decía todo eso
con una sinceridad única y leal.
Sus palabras y su tierna mirada de
hombre enamorado sin duda decían la
verdad. El, que sin duda era el tipo que
cualquier mujer hubiese
soñado, estaba allí a mi
disposición. Yo que ahora era una mujer producto de sus propios
hechizos mágicos, estaba también
hechizada del alma. Sin duda que me
había enamorado de él y por eso sentía
esa rabia interna, por sentirme
utilizada por ese ser que había
al fin logrado cautivarme completamente
como mujer. Bueno aún
faltaba otro paso para comprobar si
nuestro complemento era total. Ese paso estaba
casi en el umbral. Eso los supe
bien cuando el volvió a besarme
de una forma más efusiva mientras sus
manos comenzaba a
recorrer mi esplendoroso cuerpo
de mujer.
-Franco, porque me haces esto.- Creo que mi voz sonaba sensual e inocente Y no era algo que fingía si no que más bien nacía de mi interior.
-Porque te amo y me
enamoré de ti. Me gustaste como
hombre interiormente y te deseo como
mujer por esta maravillosa piel
que habitas.
-¿Estás seguro de esto?
-Totalmente. Se lo que
hago. Como hombre gané una seguridad y una convicción que jamás
tuve y es lo que me a
hecho sentirme realizado como persona y necesito un complemento que me falta
para alcanzar la ansiada felicidad
y esa eres tú.
Lo miré totalmente embobado mi cuerpo de mujer ahora mandaba
más que nunca mi
ser. Ya no sentía temor, si era Franco quien ahora me protegía
como el macho perfecto que ahora
era. Sentí que mi cuerpo se estremecía cuando no pude evitar que
de mis labios se le escaparan la
frase lapidaria que transmitía el
mensaje que Franco estaba
esperando.
-Te amo Franco y no lo puedo evitar.
De allí en adelante todo fue pasión y lujuria incontrolable para
ambos eso nos lo confesamos mucho después. Su boca se apoderó de la mía
sus manos me exploraron
incontrolables buscando descubrir
cada rincón de mí. Parecía saber todo lo que una mujer desea
de un hombre en el preámbulo de una
pasión y yo por mi parte le respondía
con lo que como hombre quería que me hiciesen cuando lo era tal.
-Oh Franco que me haces-
le decía cuanto sentí sus manos
explorar mi rincón prohibido por entre la suave telita de mi ropa interior inferior.
-Estas húmeda amor- Me dijo llevándose uno de
sus dedos untados de mi elixir
vaginal a su boca y cerrando los ojos lo
saboreó.
Quien iba a pensar que
Franco era una mujer anteriormente si me
avasallaba con una maestría única
haciéndome rendir inevitablemente a su seducción. Cuando logré tocar su verga cerré los ojos y le imaginé
su dimensión, para entonces
ya sus dedos recorrían mi mojado
canalcito vaginal nuevamente
haciéndome escapar unos
cuantos gemidos cada vez que
agitaba sus dedos
en el interior de mi peluda
cavidad.
-Mi amor ¿esto no es un sueño verdad?- Al escuchar esto me invadió una
ternura que me excitó aún más y desabrochándole hábilmente su cinturón liberé su fastuoso miembro para llevármela
incontrolablemente a mi boca y comenzar a degustarla como toda una
experta meretriz.
-¨Para que veas que es
real. Lo que estamos haciendo es
real. Estamos aquí tu y yo- Le
dije pausadamente a medida que dejaba por unos
instantes de besarle su
miembro.
-Ale Ale, sí que me gustas. Me haces sentir hombre de verdad eres mi complemento.
Dicho esto me cargó en
sus fuertes brazos transportándome a mi
alcoba.
Al depositarme suavemente
en la
cama terminó de desnudarme
por completo. Lo último que me quitó fueron mis
pequeños calzoncitos blancos. Cuando terminó de resbalar por mis
tobillos mi prendita intima y el
los tomó victorioso como un trofeo
de guerra los pasó por su mejilla lo
que me
hizo excitar más producto de todo
lo que veía.
Abrí las piernas y su
cabeza se hundió entre ellas en busca de mis secretos para
besarme mi fruto prohibido haciéndome retorcer de un placer que ni como hombre ni como mujer jamás había
experimentado, y esto se lo hice
saber entre los numerosos gemidos que
inevitablemente emanaban de mi boca.
Estuve a punto de tener un orgasmo cuando él se detuvo para terminar de
quitarse el pantalón y sus boxer.
Entonces le vi su enorme miembro erecto.
Si, era la más grande que había visto en
vivo en toda mi vida aunque no se comparaba con las de los actores de las
películas porno. Sin duda que esa
magia de metamorfosis
de hombre a mujer
y de mujer
a hombre era a la perfección.
Me besó con alevosía
mis generosos pechos para luego repetir lo mismo en
cada rincón de mi
cuerpo amándome en toda su
dimensión posible. Parecía que un
concierto de lujuria invadía la
sórdida habitación. Si lo deseaba. Lo deseaba a rabiar, tanto como el me
deseaba a mí.
Se puso en posición de
combate y yo lo
esperé ansioso. Cuando situó su
gran falo en la entrada vaginal sentí un leve dolor casi tontamente se me antojó creer que tal vez no entraría todo en mi
chuchita. Pero esta estaba
demasiada lubricada como
esperando ansiosa ese puñal de
carne del ser amado la conquistara al final ocupando aquella cavidad ardiente.
Cerré los ojos y lancé un gemido al
sentir que el intruso amado se deslizaba airoso y victorioso por entre los labios vaginales produciéndome el más
dulce de los placeres. Me sentía en el paraíso cuando abrí los
ojos y vi su mirada
tierna frente a la mía a la
vez que comenzaba a darme
unas suaves envestidas que me hacían ver mil estrellas fugaces una especie de rico dolor y placer
que me invadía mis entrañas haciéndome sentir la más dichosa mujer
de la faz de
la tierra.
Doble mis piernas y las puse sobre sus anchos
hombros y pude sentir como entraba todo haciéndome retorcer de
placer sin darme cuenta estaba
sollozando de placer y de felicidad. El
apuro sus movimientos y yo sentí
que me
venía inevitablemente y se lo
dije a su oído casi llorando.
-Franco voy a acabar. Voy acabar amor.
El apuro más sus embestidas
y yo no pude aguantar más sentí como si una llave se abriera
de mi interior y comencé a
temblar y a gritar sin poder controlarme. Estaba teniendo el
primer mejor orgasmo de mi
vida tanto como hombre como mujer.
El por su parte comenzó a
sacudirse sobre mi vaciando todo su
amor en mi interior, ese amor
acumulado como mujer frustrada que ahora como hombre tenía reservado para mí.
Éramos el uno para el otro en todo sentido ahora si ya lo sabíamos y nos lo dijimos mutuamente cuando ambos llorábamos
de placer al momento culmine de aquel desenfrenado extasis de amor y lujuria.
Al calmarnos nos
confesamos miles de cosas lindas el me abrazó me dio tantos
besos que no pude contarlos me acaricio
me prometió cosas bellas y me
volvió amar durante toda aquella
primera noche del resto de
nuestras vidas.
Y así es como llegamos a este momento, así es como vida cambio mágicamente
y llegamos a este punto, en el que me encuentro despierta luego de una noche de
pasión con el amor de mi vida, la mujer que deseo ser hombre y me convirtió a mí
en una mujer. No sé cómo será mi vida en
adelante pero el futuro se ve prometedor, espero vivir con franco hasta que la
muerte nos separe, pero a la vez temo que alguna vez esta relación no funcione
y lo deba dejar, o el me deje a mi. No lo se, espero que eso jamás pase por
ahora solo puedo decir “Soy tan Feliz”.
FIN
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